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El estreñimiento es uno de los trastornos digestivos más comunes durante el embarazo, afectando a una de cada tres mujeres embarazadas. El estreñimiento puede aparecer en cualquier momento del embarazo, aunque es más frecuente en el segundo y tercer trimestre y en multíparas.
PATOGENIA
El estreñimiento en el embarazo probablemente se debe a la disminución de la motilidad gastrointestinal por el aumento de la concentración de progesterona circulante durante la gestación. La progesterona induce una relajación del músculo liso evitando así que se produzcan contracciones uterinas, pero a su vez da lugar a un enlentecimiento del vaciado gástrico y del tránsito intestinal por su efecto relajante sobre el músculo liso intestinal. Esto puede provoca otros síntomas como reflujo por una relajación del esfínter esofágico inferior.
Este enlentecimiento del tránsito provoca un aumento de la reabsorción de agua por la mucosa del colon condicionando un endurecimiento de las heces que a su vez empeora el cuadro.
Además de la concentración de progesterona, existen otros factores que pueden contribuir a la prolongación de la duración del tránsito: deficiente ingesta de líquidos o fibra, sedentarismo y falta de ejercicio físico, el abuso de laxantes en el pasado. El útero grávido puede ejercer una obstrucción mecánica por compresión, sobretodo en el tercer trimestre, enlenteciendo el avance de las heces.
El hipotiroidismo, una patología muy habitual durante el embarazo, puede empeorar el estreñimiento en la gestante.
Además de todo esto, la prescripción de algunos medicamentos durante el embarazo como suplementos de hierro, calcio o antiácidos, contribuye al empeoramiento del cuadro.
MEDIDAS HIGIÉNICO-DIETÉTICAS
Es recomendable que el tratamiento sea escalonado, comenzando siempre por medidas generales, y en caso de no obtener respuesta, recurrir al tratamiento farmacológico.
– Aumentar la ingesta de líquidos
– Aumentar el consumo diario de fibra hasta alcanzar al menos unos 20-35 g al día. El aumento debe ser gradual para evitar el exceso de gas e hinchazón abdominal. (Ver tabla final de contenido en fibra de diversos alimentos).
– Hacer ejercicio físico regularmente.
– Llevar un correcto hábito intestinal (procurar la evacuación al levantarse o después de las comidas que es el momento de mayor motilidad intestinal) destinándole el tiempo necesario. En cuanto se tenga sensación de defecar hacerlo y no dejarlo para más tarde.
Estas medidas suelen ser bastante eficaces, pero pueden tardar hasta un mes en ser efectivas. Por eso debemos instaurar estas medidas lo antes posible para evitar que se establezca un estreñimiento severo.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
Los laxantes representan el pilar fundamental del tratamiento del estreñimiento en la embarazada, aunque siempre deben usarse bajo prescripción médica. Los laxantes pueden actuar por un mecanismo osmótico reteniendo agua en la luz colónica, o por un mecanismo estimulante.
– LAXANTES INCREMENTADORES DEL VOLUMEN DEL CONTENIDO INTESTINAL. Son los de primera elección en el embarazo. No están indicados en el tratamiento agudo del estreñimiento ya que tardan entre 12-72h en hacer efecto, por lo que se deben considerar un tratamiento a largo plazo. Como efectos secundarios pueden producir distensión abdominal. Es importante que se asegure una ingesta adecuada de líquido.
– LAXANTES OSMÓTICOS. Son sustancias hiperosmolares. Su mecanismo de acción es similar a los del grupo anterior. El Macrogol es el laxante de elección en el embarazo.
– LAXANTES EMOLIENTES O SURFACTANTES. Son agentes surfactantes aniónicos que hidratan y humedecen las heces. Se pueden indicar en casos de heces muy duras, a corto plazo.
– LAXANTES ESTIMULANTES. Actúan estimulando la actividad motora del colon y también mediante el intercambio de agua y electrolitos. Minimizan el tiempo que permanece el bolo fecal en el intestino. No se recomienda su utilización prolongada en el embarazo.
– SUPOSITORIOS O ENEMAS. Actúan a nivel local y tardan en hacer efecto entre 20 minutos y 3 horas. Se pueden utilizar para episodios agudos aunque no se recomienda su utlización prolongada. Los más utilizados son los supositorios de glicerina y el bisacodilo.
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